sábado, 1 de agosto de 2009

La Gran Mentira de las Terapias "Reparativas".

Quienes publicitan estas terapias, han hecho creer al mundo que todo lo que escapa de la heterosexualidad, con roles de hombre macho - mujer sumisa es producto de traumas en la infancia, sobretodo relacionados con el abuso sexual y de tener ejemplos de roles de género "alterados" (madre autoritaria - padre ausente o débil) y postulan que puede corregirse a través de terapia psicológica o religiosa.
Durante décadas este pensamiento fue avalado por los profesionales de la Salud, hasta que en 1973, varios trabajos de investigación basados en métodos científicos y no en estereotipos destruyeron los cimientos de las teorías anteriores que sostenían que los homosexuales eran personas enfermas. Ante esta evidencia, la Asociación Psiquiatrita Americana (APA) votó por la remoción de la homosexualidad de la lista de desórdenes mentales del Manual de Diagnóstico y Estadística (DSM).

Actualmente aún hay algunos psiquiatras que hacen tratamientos para modificar la orientación sexual, pero no tienen cómo sustentar sus afirmaciones sino que, por el contrario, los estudios han demostrado que estas terapias no han hecho más que debilitar la quebrantada autoestima de las personas LGTB que las solicitan (generalmente, muy presionados por su entorno) terminando, en algunos casos, en el suicidio del paciente.

Aún cuando estas teorías se encuentran desacreditadas, tod@s lo hemos escuchado hablar alguna vez. Es muy común que salga a modo de pregunta, como "¿pero tu eres gay de siempre, o te hiciste gay porque te pasó algo?" o, cuando hemos salido del clóset, nuestros padres se han cuestionado si cumplieron bien o no sus respectivos roles.

Dado que muchos cristian@s creen que la homosexualidad es pecado, estas teorías tienen gran auge dentro de las iglesias. Esta gente cree que el modo de salvar a la gente LGTB es convirtiéndol@s en heterosexuales femeninas o masculinos. Incluso han creado grandes asociaciones internacionales destinadas a "la curación" de la homosexualidad.
Pero no han logrado nada. Se jactan de tener "miles de testimonios", sin embargo, algunos de los mismos fundadores se han retractado y han pedido disculpas públicas por el tremendo daño que han generado (y ningún cambio). Sin embargo, basta conque lo digan para que muchos crean y esta mentira siga creciendo, alimentada por la homofobia y los prejuicios religiosos.

Hace pocos días nos impactó la noticia de Bryce, un chico estadounidense de 23 años, al que sus padres cristianos recluyeron, al parecer, en un centro de Éxodus, donde se mantiene incomunicado, por lo que se desconoce su paradero. Sus amigos y pareja han hecho una campaña por internet, tratando de localizarlo.
El novio de Bryce relata que éste, al ser descubierto, fue brutalmente golpeado por sus padres, y amenazado de perder todo sustento económico si no accedía a encerrarse en un centro de rehabilitación de homosexuales.

Travis Swanson (el novio) relató que la última vez que Bryce pudo comunicarse con él fue el pasado 15 de junio alrededor de las 4:30 hs. “Deberías haber oído las cosas horribles que se dijeron sobre nosotros. Me obligan a leer en voz alta todos los pasajes de la Biblia”, le dijo llorando, y finalmente agregó: “prometeme que vas a ser fuerte por mí y por nosotros”. Desde entonces y pese a las amenazas de juicio que recibió de los padres del chico, Travis lo sigue buscando.

Al parecer, la "terapia" a la que está siendo sometido consiste en una reclusión de 14 meses.

Exodus promueve la “reversión” de la homosexualidad a través de una “terapia” basada en la lectura de la Biblia, enseñando a las personas a sentir que hay algo malo y pecaminoso en sus vidas: “Reconocer que uno tiene una orientación homosexual es como ver una luz roja en el tablero del coche; significa que hay algo que está mal”, explican. El “camino” para abandonar la homosexualidad, según Exodus, comienza “dejando el comportamiento pecaminoso”, luego hay que “aprender lo que dice la Biblia” y, posteriormente, “dar la batalla en mundo de los pensamientos” . “Es importante identificar las mentiras que Satanás está reproduciendo, como si fueran cintas de audio en la cabeza de uno, ¡y detener el reproductor!” , aconsejan. El método incluye convencerse a uno mismo de que “se siente pésimo”, lo que se conseguiría “dejando de satisfacer nuestras necesidades” para poder experimentar “el dolor emocional que nuestras fortalezas habían estado tapando”. Al comenzar a sentirse “muy pero muy mal” se abre la posibilidad del “encuentro con Dios”. Una especie de masoquismo terapéutico.

Darlen Bogle, ex- líder de Éxodus, hizo las siguientes declaraciones en una conferencia de prensa: “Me disculpo con quienes creyeron mi mensaje, que pretendía que el cambio era necesario para agradar a Dios. Me disculpo por presentar el amor de Dios como condicional y por las verdades truncadas que expuse como representante de Exodus. He escuchado numerosas historias de abuso y suicidio de hombres y mujeres que no pudieron cambiar su orientación sexual a pesar de lo que Exodus u otros ministerios les dijeron. Una participante que conocí cayó en una profunda depresión y prefirió saltar de un puente. En ese momento, me dijeron que no era mi culpa, pero mi corazón no lo creyó”.

Éxodus se ha diseminado por todo el mundo, como un virus. Como este grupo, han surgido una enormidad, incluso en América Latina. Los hay en Argentina, Venezuela, Perú, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Puerto Rico.
Si uno entra a los sitios web de estos grupos, puede ver cómo ofrecen el cielo y la tierra, basados en 2 o tres testimonios de personas que "lograron casarse", que ni siquiera son del centro que un@ está visitando. Obviamente, no nos cuentan que muchos de esos testimonios son de personas que ya no están de acuerdo con lo que dijeron en su momento (porque cambiaron sus conductas, pero no su orientación sexual, lo que terminó desgarrándolos interiormente), que en su grupo nadie ha cambiado, que todos están muy deprimidos, que alguno se suicidó.
Y son cientos los que, por los prejuicios de su entorno, siguen cayendo.

Por eso, es muy importante que demos a conocer a otros lo que sabemos, que la Biblia no condena la homosexualidad, que Jesús no discrimina, y que estos grupos son falsos. Para evitar que otras personas sigan destruyendo sus vidas en base a estas terribles mentiras.

1 comentario:

fraynelson dijo...

Paulina: ¿cómo puede uno comunicarse contigo? Me impresiona tu sinceridad aunque no comparto tu punto de vista. Quizás podríamos hablar. En facebook soy: http://facebook.com/fraynelson