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“Ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo.”Gálatas 3:28

Cuando me pidieron que escribiera esta columna, pensé que parecería muy poco interesante para los lectores, que quizás querrían ver algo más “Gay” y menos cristiano. Luego entré en cuenta del tremendo prejuicio que estaba ejerciendo sobre otros, y también sobre mí, como lesbiana.
Y es que esta sociedad nos ha inculcado mentiras que terminan siendo realidades, y una de esas es que quienes no somos heterosexuales, tampoco podemos ser cristianos, “porque la Biblia lo dice”.
Es mentira, porque la Biblia no toca el tema (¿cómo podría hablar de homosexuales, si el concepto no existió hasta el siglo XIX?), y los pasajes que se usan para afirmarlo se refieren a otros temas, como la violación y la idolatría. Luego, de tanto repetirlo y masificarlo, se convierte en una “verdad”, porque es lo que cree un gran grupo de cristianos. Desde ahí, sumamos uno más uno y llegamos a los cristianos LGTB, que son alcanzados por la idea de que Dios no los acepta y, por decir lo menos, pasan un mal rato, se cuestionan, algunos se alejan del cristianismo y, si terminan aceptando esta teoría, fácilmente se convierten en reproductores de ella.Pero no es verdad. Si se puede ser cristian@ (aunque, gracias al prejuicio de muchos, puede que se haga un poco difícil), porque para estar cerca de Jesús sólo se necesita fe y, aunque sea complejo (dado que muchas iglesias son homofóbicas, y tendemos a asociar a Dios con estas instituciones), sólo basta un esfuerzo para conseguir una comunidad de fe. Es cierto, puede que no encontremos inmediatamente a otras personas dispuestas a reunirse, pero hay que ir paso a paso. Con harta fe.
¡Gracias a Dios por el Internet!, que nos permite establecer vínculos que antes eran inexistentes.

Y, como la verdad es la que nos da la libertad, quiero proponerles a todos que, crean en Dios o no, desafíen esta mentira. Que cuando salga el tema, en vez de aceptar que “Dios odia a los gays” o “los gays arderán en el infierno”, se atrevan a decir que esas afirmaciones están basadas en una interpretación precaria de la Biblia, que sólo fomenta la discriminación y el dolor de la gente.
Fuera de eso, a los que sí son cristianos (o fueron) y han creído (o aún creen) en estas falsedades, los invito a buscar respuestas para reconciliarse con su fe. A parte de nuestro grupo, existen varios otros a los que pueden acercarse a recibir ayuda en esta tarea.

Sólo me queda recordarles que Jesús no discrimina, y nos ama así, tal como somos, porque somos su creación, ¡parte de su diseño!.

Paulina C.

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